viernes, 5 de diciembre de 2008

Victoria del pueblo o la desesperación liberal


Finalmente, el día 20 de noviembre, 11 días después de las elecciones municipales, el Consejo Supremo Electoral emitió la resolución declarando ganador en 105 municipios a nivel nacional, al Frente Sandinista de Liberación Nacional, incluyendo la capital de nuestro país.
Al día siguiente, la plana mayor del PLC y del Movimiento Vamos con Eduardo, se reunieron para cerrar filas contra "el fraude electoral" gestado por el FSLN, con ayuda del CSE y en "perjuicio" de la democracia. En esta reunión (que incluyó al reo Alemán), los directivos del PLC se pronunciaron en contra de los magistrados liberales, expulsando de sus filas a dos propietarios y un suplente.
Montealegre declaró que no acepta los resultados emitidos por la máxima autoridad a nivel nacional en materia electoral, que rechaza el nombramiento de alcaldes sandinistas en todos los municipios, debido a que el fraude fue en todo el territorio nacional.
Lo que más me llama la atención, es que los máximos dirigentes de la oposición y la oligarquía criolla, dijeron estar unidos para cumplir dos propósitos: la aprobación en la Asamblea Nacional, de una ley que anule las elecciones; y la no aprobación de las reformas constitucionales. Asimismo, los liberales aseguraron que no negociarían más con el Frente Sandinista desde ningún poder del estado en el que comparten fuerzas.
Afortunadamente para nosotros, estos son tiempos difíciles para el neoliberalismo nacional, ya que es evidente que afrontan crisis a lo interno de sus organizaciones, lo que me hace pensar cada vez más, que la continuidad de la unión entre Alemán y Montealegre le servirá al primero para destruir al último, y quedando únicamente el Dr. Alemán como caudillo de la oposición, y como mesías salvador de la democracia.
Arnoldo Alemán sabe muy bien que debe tener de cerca a su enemigo más acérrimo: Montealegre. No es el comandante Ortega. No. El miedo de Alemán es el ratoncito, porque ha venido ascendiendo como la nueva figura contra "el pacto y la corrupción".
Eso de que no negociarán con el Frente Sandinista, es una vil patraña, ya que Arnoldo sabe que debe sujetarse a lo que el comandante le asigne. ¿Se imaginan al PLC como una verdadera fuerza de oposición, que no se apegue a lo que le dice el Frente? Me da risa. El PLC ha ido perdiendo capacidad negociadora desde hace muchísimos años. En cambio, el Frente ha sabido ir mejorando sus habilidades como negociador y como una fuerza capaz de incidir hasta en las mentes de los "correligionarios" más recalcitrantes (ver caso Roberto Rivas, y el más reciente: René Herrera).
Ahora, hablemos un poco acerca del disparatado proyecto de ley que supuestamente promoverá la derecha esclavista: una ley que pretende ser aprobada con 47 votos en la Asamblea Nacional, que anularía la decisión de todo un pueblo. En primer lugar, la Asamblea no tiene la competencia de anular las elecciones, ya que en ningún artículo de la Constitución esa atribución le es arrogable. Número dos, la Ley Electoral (de rango constitucional), establece que el máximo órgano y rector de todo el proceso electoral, incluso el único que puede anular el mismo, es el Consejo Supremo Electoral, es decir, no hay vuelta de hoja.
La deseperación en las filas de la oposición es evidente. No han podido encontrar la manera de modificar los resultados de la voluntad popular. No quieren aceptar que perdieron. No quieren aceptar que el pueblo no los quiere. No quieren reconocer que perdieron. Esta victoria se la quieren arrebatar al pueblo, no al Frente Sandinista, al pueblo.
Ya el pueblo celebró, celebramos desde antes, celebramos durante, y celebramos ahora. Lo que el Frente hará en sus 105 alcaldías, será seguir llevando los proyectos sociales hasta los más pobres, los programas "Yo sí puedo", "Hambre Cero", "Usura Cero", "Calles Para el Pueblo", y los que restan por venir. Para que todos y todas podamos seguir avanzando hacia el desarrollo, hacia la igualdad, hacia la estabilidad.
Felicidades a todos esos compañeros que defendieron el voto de los pobres, de la gente que se volcó a votar por los candidatos del Frente.
Sigamos hacia nuevas victorias.

¡Patria Libre! ¡O Morir!

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