viernes, 5 de diciembre de 2008

La iglesia, abogada de la oligarquía


Desde hace días venimos escuchando el llamado que está haciendo la iglesia católica de nuestro país, a realizar un reconteo de votos, para legitimar el proceso electoral, ya (según la Conferencia Episcopal) viciado por no haberse permitido la injerencia de "observadores" internacionales.
Ya la iglesia católica, se desenmascaró y emitió una opinión de carácter político, al inmiscuirse en asuntos que no le competen. La Constitución Política de nuestro país (Carta Magna rectora de los derechos y obligaciones de todos los nicaragüenses y de quienes residen o transitan por nuestra nación), establece en su artículo 14, que "el Estado no tiene religión oficial", por lo que ninguna institución religiosa, debe opinar acerca de ningún aspecto de la política nicaragüense.
El primer paso que se dio para la separación del Estado y la iglesia, sucedió el año 1893, con la aprobación de la Constitución Política conocida como "Libérrima", durante el gobierno de José Santos Zelaya. Esta disposición se estableció, con el objetivo de lograr la separación del poder espiritual, con el poder del hombre. Esta escisión se debió a que la iglesia ejercía un control casi total en el quehacer político, económico y social de los nicaragüenses durante los gobiernos conservadores (primeros oligarcas, esclavistas y burgueses de este país).
Por supuesto, a la iglesia católica siempre le ha interesado estar al lado de quienes ostentan el poder: pusieron y removieron reyes y príncipes durante la edad media; nombraron "Príncipe de la Iglesia Católica" al verdadero dictador Anastasio Somoza García y respaldaron las dictaduras latinoamericanas (excepto algunos sacerdotes comprometidos con la Teología de la Liberación, quienes a su vez, fueron perseguidos y acusados por el Vaticano de comunistas y ateos).
Pregunto: ¿Desde cuándo la iglesia católica ha defendido y ha estado al lado de los desposeídos, de los pobres, de los desamparados? ¡Nunca compañeros! ¿Cuándo hemos visto al arzobispo Brenes, solicitar a la Contraloría General de la República, una exhaustiva investigación y posterior condena de los implicados en el robo más grande de la historia de nuestro país? ¡Nunca!
¿Por qué viene ahora Brenes, con todo su séquito de sacerdotes, a exigir algo que él no puede exigir por su condición de miembro de la iglesia católica?
¿Por qué nunca ha ido a visitar a los compañeros víctimas del pesticida Nemagón, a darles aliento y consuelo? ¿Por qué recibe al payaso de Montealegre con cámaras de los medios de comunicación?
Porque tiene intereses estimados compañeros. Porque les interesa estar bien con la oligarquía, porque les interesa estar aliados con aquellos que desean mantenernos ignorantes, con aquellos que quieren que no pensemos. La iglesia no quiere que seamos libres, no quiere que pensemos, quiere tenernos como robots, que respondamos como corderos a su llamado desestabilizador.
Esa alianza entre la oligarquía y la iglesia es su estrategia perfecta para que los nicaragüenses sigan sumidos en la ignorancia, sigan creyendo en una iglesia que vela únicamente por los intereses de los burgueses.
Debemos hacerle frente a esta nueva ola de patrañas que ha desencadenado la iglesia católica, con el fin de que los nicaragüenses no apoyemos al Frente Sandinista de Liberación Nacional. Porque saben, que seremos mejores personas, saben que pensaremos, saben que no seguiremos más, atados a una religión que quiere esclavos por fieles, una religión que prefiere las limosnas que la salvación de sus feligreses.
Hermanos, compañeros, alcemos un rotundo ¡No a la intervención de la iglesia católica! ¡No a la iglesia burguesa! Porque sólo así, seremos libres.

¡Patria Libre! ¡O morir!

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