Es increíble cómo a veces pareciera que vivimos en el mundo de lo absurdo, en la esfera de lo inimaginable e irracional.
Y esa apariencia de lo irracional surge intempestivamente al ver cómo un pequeño grupo de políticos corruptos evidenciando el deseo de mantener por siempre su poder y riqueza a expensas del bien común (la estabilidad de todos y todas las nicaragüenses) instan constantemente a la sociedad a participar en diversas “Manifestaciones Cívicas” con el lema de “Luchar en contra de las políticas del Gobierno actual”.
Entonces cabe la pregunta, ¿Luchar? ¿Será que tales políticos burgueses se han inventado una guerra?
Y es que lo absurdo se afianza aún más al pretender ese ínfimo y corrupto grupo, que sea la sociedad quien defienda sus intereses personales. Pero, ¿qué Sociedad? Irónicamente la misma gente empobrecida, llevada a una alta tasa de desempleo y sumida en un arraigado analfabetismo producto de sus habituales políticas neoliberales, comunes en gobiernos de derecha.
Es por eso que se hace necesario dejar el mundo de lo absurdo y pisar nuevamente la esfera de lo real. Y lo real actualmente, es que la gente, las masas olvidadas y marginadas desde hace casi dos décadas están re-surgiendo, están levantando su voz y expresando sus necesidades: ¡Los de abajo estamos al fin ocupando el lugar que merecemos!
Con salud gratuita, educación y actividades socio-culturales, este gobierno sí ha sabido comprender una verdadera MANIFESTACIÓN CIVIL, frente a la política no sólo opositora, sino también explotadora, de los pasados gobernantes.
Y aunque tales progresos sean más que evidentes, aunque la mayoría de los y las nicaragüenses levanten su bicolor bandera con orgullo y sientan no sólo en sus mentes, sino también en sus espíritus revolucionarios, los altos logros que este gobierno ha traído, siempre habrá unos que otros con Apetito de poder. Desean continuar llenando sus panzas, de saciar su hambre con el pan del pueblo. Pero aunque los lobos merodeen el rebaño, no significa necesariamente que el rebaño está en peligro, pues el hombre siempre puede dar un poco más, mientras este consiente aún, este de pie y no se caiga el hombre siempre puede dar un poco más...
Así que mientras tengamos vida y este histórico espíritu de lucha, seguiremos demostrándole al mundo quiénes somos los nicaragüenses: gente aguerrida y soñadora, gente con un corazón consciente, capaz de cambiar su historia por una simplemente mejor.
Así que mientras haya fuerza y voluntad, saldremos a las calles cuantas veces sea necesario, para demostrarle a esos riquillos obstinados, que Nicaragua ya hace dos años abrió los ojos ¡¡¡para no cerrarlos nunca más!!!
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